En la parroquia El Junko, reside una mujer con un corazón lleno de pasión y creatividad, ella es María Sifuentes, quien con sus manos, guiadas por un talento innato, da vida a hermosas muñecas artesanales que no solo adornan hogares, sino también transportan consigo la esencia de la cultura venezolana.

Desde pequeña, María se sintió cautivada por la costura y la creación. Sin la necesidad de maestros o guías, convirtió retazos de tela en adorables muñecas llenas de detalles y personalidad. Aunque su madre inicialmente la regañaba por usar su ropa para sus creaciones, hasta que finalmente reconoció su pasión y la apoyó.

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Las muñecas de María se convirtieron en un éxito entre sus compañeras de colegio, expandiendo su fama poco a poco. A pesar de no haber terminado sus estudios, su pasión por la artesanía la impulsó a seguir aprendiendo y perfeccionando su técnica. Su padre, al verla trabajar con tanta pasión, le regaló una máquina de coser, lo que la llevó a profundizar aún más en este arte. Incluso llegó a compartir su conocimiento impartiendo clases de muñequería en su comunidad.

“Mi papá fue quien me compró una maquinita chiquitita de coser, entonces yo me defendía y así fue que empecé a coser mis muñequitas. Yo no tuve maestros, yo no tuve nada, más bien fui maestra, nosotros dábamos clases de muñequerías porque toda la gente de aquí del junguito les gustaba mucho” relató.

Cada muñeca de María es una obra de arte única, elaborada con amor y dedicación. Ella se encarga de todo el proceso, desde el diseño y corte de la tela hasta el relleno, la costura y la colocación de los detalles finales. Incluso selecciona cuidadosamente los materiales, utilizando algodón de silicón para garantizar la calidad y durabilidad de sus creaciones.

El amor por las muñecas no solo reside en María, sino también en su hija, quien ha seguido sus pasos y se ha convertido en su fiel colaboradora. Juntas, mantienen viva la tradición y el legado de las muñecas artesanales de María Sifuentes, transmitiendo este arte a las nuevas generaciones.

“Mientras viva las seguiré realizando y mientras yo viva sigo recuperando esta cultura, si me llego a a ir de este mundo tengo mi hija que ella es la que sigue adelante con estas muñecas”.

Sifuentes afirma que continuará creando muñecas mientras Dios se lo permita. Su pasión y dedicación la convierten en un ejemplo de perseverancia, talento y amor por el arte. “seguiré hasta cuando Dios quiera seguiré haciendo mis muñequitas, yo en estoy hasta la una, dos de la mañana haciendo mis muñecas, rellenando yo sola, entonces imagínese, me siento feliz porque sé que yo mismo las hago”.

A pesar de las dificultades, ha logrado convertir su talento en un medio de vida y en una fuente de alegría para ella y para quienes aprecian sus hermosas creaciones.

Por: Maximiliano Rumbos.

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