En el marco del Primer Debate Nacional sobre las Tareas Escolares, estudiantes y docentes de diversas instituciones educativas se congregaron en el auditorio del Liceo José María España, en la parroquia Macuto, para reflexionar sobre el impacto, el propósito y la transformación de las tareas escolares dentro del sistema educativo venezolano.
El evento, impulsado por el Ministerio para la Educación, contó con la participación activa de la Federación Venezolana de Estudiantes de Educación Media (FEVEEM), representada por su vocero Karim Perozo, la Organización Bolivariana Estudiantil (OBE), directores de planteles educativos y voceros estudiantiles.

Noelis Mata, representante del Movimiento de Maestras y Maestros Bolivarianos del estado La Guaira, destacó la realización de formaciones a nivel institucional, parroquial, estadal y nacional. Según Mata, este proceso ha permitido consolidar propuestas positivas orientadas a reducir el estrés que generan las tareas en los hogares. Explicó que se trata de un trabajo mancomunado entre representantes, directivos y la comunidad educativa, con el fin de diseñar tareas más sencillas que no generen presión, tomando en cuenta las múltiples responsabilidades familiares. «Las tareas no se van a eliminar, sino que se harán más fáciles y se explicarán de una mejor manera», afirmó Mata.
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Karim Perozo, vocero integrador de la FEVEEM, señaló que la federación que representa ha recopilado una diversidad de opiniones estudiantiles en La Guaira. Desde su perspectiva, las tareas escolares deben ir más allá de reforzar el conocimiento adquirido en clase. Su objetivo principal, argumentó, debe ser despertar la curiosidad y el deseo de conocimiento en cada estudiante, para que este se apropie activamente de la información y el saber impartido. «La principal función de una tarea debe ser despertar el pensamiento autónomo, la autonomía del estudiante, el pensamiento crítico… y relacionar todas las tareas con la vida diaria», enfatizó Perozo.

Perozo reiteró que el objetivo no es eliminar las tareas, sino rediseñarlas para que conecten con la vida cotidiana, el territorio y los intereses del estudiante. «Las tareas no pueden ser eliminadas; lo que se va a fomentar es el rediseño del funcionamiento de las tareas escolares», agregó.
Marco Espinoza, director de la Unidad Educativa Diocesana Juan Pablo II, compartió sus impresiones sobre la propuesta ministerial, subrayando que la meta no es suprimir las tareas, sino optimizarlas para facilitar el proceso de aprendizaje en casa. «Eliminar las tareas escolares sería un error. Simplemente es cuestión de adecuarlas… el meollo es la edad, adecuar las tareas escolares de acuerdo con la edad», señaló Espinoza, citando al investigador Harry Cooper de la Universidad de Duke.
Asimismo, Espinoza advirtió sobre el impacto emocional que una sobrecarga de tareas puede tener en las familias: «Si el padre desconoce las tareas, o si el nivel socioeconómico de la familia lo obliga a estar todo el día en la calle, eso afecta el acompañamiento académico. Por eso no hay que exagerar con la cantidad de tareas para la casa».




