Residentes de la Llovizna, en Playa Grande, se encuentran al borde de la desesperación ante la deficiencia de los servicios públicos básicos y poca respuesta de las autoridades locales.

Carmen Rondón, vecina del lugar, asegura que la falta de agua potable es una de las principales preocupaciones, pues esta llega al sector cada 15 o 20 días, obligando a los vecinos a depender a los tanques subterráneos de la residencia para abastecerse,  situación se agrava por la inoperancia de los ascensores en cinco de las seis torres del complejo residencial, lo que dificulta aún más el acceso al agua, especialmente para las personas de la tercera edad.

“El aseo urbano es otro problema grave”, expresó Rondón, quien asegura que los camiones de recolección de desechos sólidos se demoran hasta un mes en pasar, lo que provoca que la basura se acumule en el contenedor generando malos olores, la presencia de moscas y gusanos en las aceras de la residencia.

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Adicional a ello, las constantes filtraciones han generado graves daños estructurales y estéticos en los apartamentos, además de poner en riesgo la salud de los residentes por la proliferación de bacterias.

“Hemos realizado innumerables llamados a la Gobernación y la Alcaldía, pero solo hemos recibido promesas”, afirman los vecinos.

De este modo, hacen un llamado a las autoridades regionales para que sean atendidas sus necesidades y brinden una respuesta efectiva a las problemáticas que aquejan a la comunidad.